Capítulo 1.
-¡Cobarde!
¡Eres una cobarde!- gritaba Silvia y todos los que estaban a su lado- ¡No te
atreves a lanzarte, porque eres una cobarde!
Inés
no podía soportarlo más. Llena de ira y de rabia se levantó de su toalla para
dirigirse al trampolín más alto de la piscina y enseñarles a esa panda de
bocazas como hay que tirarse haciendo un mortal.
-¡Inés,
no vayas, podrías partirte el cuello o algo peor!- le advirtió Paula llena de
miedo por lo que le pudiese pasar a su amiga.
-Paula,
tú sabes que me pueden llamar muchas cosas y no les doy importancia- le dijo
Inés dándole la espalda a la odiosa de Silvia- pero, nadie me llama cobarde en
mi cara.
La
chica volvió su mirada al trampolín. Era alto. Demasiado alto. Pero, con la cabeza
bien alta y manteniendo su orgullo, Inés empezó a subir las escaleras del
trampolín. No estaba muy decidida a saltar, pero su decisión era cerrarle la
boca a Silvia y compañía.
Pone
el pie en el último escalón del trampolín. Mientras subía oía los insultos y
desprecios de Silvia y sus amigos y, sobre todo, las súplicas de Paula para que
no saltara.
Inés
comenzó a avanzar por el inestable trampolín. Retrocedió unos pasos al darse
cuenta de que había llegado al límite de la tabla. Todo el mundo la miraba
expectante de lo que la joven pudiese llegara a hacer.
Cerró
los ojos, inhaló aire que poco a poco lo fue expulsando por la boca a la vez
que daba pequeños saltitos en el trampolín.
-¡Salta
ya!- le gritaba Aarón, el novio de Silvia- ¡Cobarde!
-¡Inés,
no lo hagas, por favor!- le chillaba Paula aterrada por lo que pudiese pasar.
La
chica tenía los ojos llenos de lágrimas. Ver a Paula suplicándole que no
saltase era como si le clavasen un puñal, era su mejor amiga y odiaba verla así.
Tenía que hacerlo por su maldito orgullo, ese orgullo que se le apoderaba
cuando la llamaban cobarde.
Estaba
preparada. Inés comienza dando pequeños saltitos en el trampolín hasta que
extiende los brazos preparándose para el gran salto, el salto que hará callar
las bocas de Silvia y sus amigos. O eso espera ella. Es la hora. Se impulsa con
los pies y salta al vacío. Tiene que hacer dos volteretas en el aire y caer
tirándose de cabeza. O eso es lo que tendrían que haber hecho. Durante un corto
periodo de tiempo, Inés se quedó paralizada en el aire y comenzó a dar las
volteretas cuando estaba a escasos metros del agua. No hubo tiempo de acabar
tirándose de cabeza, ni siquiera lo hubo para la segunda voltereta. El cuerpo
de Inés se zambulló en el agua. Paula se alarmó al ver que el cuerpo de su
amiga tardaba en salir del agua. Fue corriendo al borde de la piscina donde se
arrodilló buscando alguna señal de Inés.
-¡Inés,
Inés!- chillaba Paula, pero fue en vano. La joven no salía del agua, no
reaccionaba.
Un
chico que lo había visto todo, saltó de su tumbona y se lanzó al agua a
rescatar a Inés. Tuvo que sumergirse, pues el cuerpo de la chica no salía a
flote. No tardó mucho en sacarla del agua y colocarla en el suelo.
-¿Qué
le pasa? ¿Por qué no reacciona?- le preguntaba Paula alterada.
El
chico le colocó las dos manos sobre le pecho y las apretaba contra él sin
obtener ningún resultado. Llegó hasta el extremo de hacerle el boca a boca
mientras le tomaba el pulso de la muñeca. Era débil. Pero, llegó un momento en
el que el pulso falló. Todos los intentos de reanimarla fueron inútiles. El
corazón de Inés se paró por completo.
El
chico miró a al chica que estaba tumbada en el suelo y le dirigió su mirada,
llena de dolor, a Paula. Ella tenía los ojos rebosantes de lágrimas.
-No
hay nada que hacer- le anunció el joven que la había sacado del agua- se ha
ido, lo siento.
La
mente de Paula se paró al igual que el corazón de Inés. Quería gritar, quería
gritarles a Silvia y compañía que ellos eran los culpables de la muerte de su
amiga. Si ellos no la hubieran obligado a tirarse, ella seguiría viva.
Paula
se acercó al frío cuerpo de Inés y lo abrazó mientras las lágrimas le
resbalaban por sus mejillas rosadas.
-Nunca
te olvidaré- le susurró.
Dos
días después.
La
caja de madera color caoba fue descendiendo lentamente hasta llegarse a encajar
en el hueco cavado en la tierra húmeda.
La
familia de Paula fue a darle el pésame a todos los parientes de Inés. Durante
el entierro de la chica, Paula no ha podido reprimir las lágrimas. Inés y ella
tenían muchos recuerdos juntas. Siempre disfrutaban los buenos y sabían como
resolver y salir de los malos. Era la mejor chica que había conocido nunca.
Paula
sufría mirando la tumba de su amiga y decidió desviar la mirada hacia otra
parte. Vio algo que no encajaba en ese lugar, vio lo último que tendría que
estar allí porque era el causante de la muerte de Inés. Silvia estaba
contemplando la lápida de la chica. Lleva una flor en la mano que,
cuidadosamente, deja en la tumba. Después saca un pañuelo de papel de su bolsillo
y se seca las lágrimas de los ojos. Era la primera vez que veía llorar a Silvia
de verdad. Cuando se volvió a guardar el pañuelo en el bolsillo se acercó a
Paula.
-Lo
siento mucho Paula.
-Gracias
por venir- le dijo ella muy seria.
-Siento
muchísimo todo lo que pasó, de verdad. Nos arrepentimos desde el primer momento
pero, solo queríamos divertirnos y todo se nos fue de las manos. Me siento
fatal, perdónanos por favor.
-Lo
hecho, hecho está pero, lo siento mucho pero no os puedo perdonar. Vosotros fuisteis
quienes provocasteis la muerte de Inés.
Silvia
miró hacia el suelo, decepcionada por la serena respuesta de Paula. Se alejó
sin decir nada.
Es muy bonita la historia, se me ha parado el corazon cuando ha muerto Ines, muchos besos! Ya te sigo
ResponderEliminarwww.revistabehappy.blogspot.com.es/?m=1
Gracias, tu blog a mi me encanta, ya te sigo.
EliminarMuchos besos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola!! Vi tu comentario en mi blog y me he pasado a ver que tal estaba este blog y la verdad es que es preciosa la historia y cuando ha muerto Ines me he quedado sin palabras...:(
ResponderEliminar¿Si te gusta nuestro blog nos puedes seguir?
Muchas gracias
liveyourdreamallthetime.blogspot.com
Hola he visto vuestro blog y me encanta. Siempre que entro conseguís sacarme una de mis mejores sonrisas. Muchos besitos y gracias por pasaros por mi blog. :):)
EliminarUna historia muy bonita.Jo,qué triste :S
ResponderEliminarMe alegro de que te guste mi blog.Besos <3
hola Ana!! Si, bueno al principio es algo triste pero dejara de serlo en los demas capitulos. Muchos besos y gracias por visitar mi blog :):)
EliminarDios mío, es buenísima la historia... Me quedé petrificada al leerla :(
ResponderEliminarseguiré con los capítulos!
Muchas gracias jeje si el primer capitulo es algo impactante^^
EliminarAcabo de descubrir tu blog y empezar a leer tu historia, con un primer capítulo así es imposible no seguir!!
ResponderEliminarHola^^
EliminarMuchas gracias por comentar de verdad. Jajajaja muchas gracias! Me alegra saber que te gusta:)
Besos!
Hola Mar!! Soy Andy :) me encanta la historia aunque todabia voy por el primer capitulo pero me los leere todos. Besis :))
ResponderEliminarHola Andy!! <3
EliminarGracias por pasarte y leerme de verdad.
Un beso muy fuerte! Y azucarillos para ti!