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sábado, 21 de febrero de 2015

La esquizofrenia del amor (reflexión 1)


Amor. Cuatro letras tan simples con un significado tan difícil... ¿Qué es el amor? Según todos los diccionarios, el amor es un sentimiento de entrega y afecto hacia otra persona. Hasta ahí, todo el mundo está de acuerdo. Pero, si yo tuviese que definir el amor en una sola palabra, sin duda sería: esquizofrenia. El amor es algo esquizofrénico, una sensación que te hace pasar a ser la persona más feliz en la tierra, a ser la más desdichada... Somos un juego para él, sus marionetas que maneja a su antojo. Y, nosotros, nos dejamos manejar por él porque, supuestamente, sin amor no podemos ser 100% felices. No caemos en la cuenta de que el amor no engloba toda nuestra felicidad, siempre vamos a tener pendiente un 10% de felicidad que dependa de otra persona, alguien con quien compartir el resto del porcentaje de felicidad. Podremos alcanzar todas nuestras metas en la vida, pero de nada servirá la felicidad que eso te proporciona sino la compartes con alguien. Yo no lo veo así, no lo quiero ver así. Ser feliz no depende de vivir una vida perfecta con alguien con quien compartirla, ser feliz es reconocer que la vida vale la pena vivirla, enfrentarse a ella a pesar de los millones de obstáculos que se nos presenten en el camino. 


Yo veo el amor como algo tan intenso que te hace vivir la vida de la forma más bella que imagines a, en escasos minutos, pasar a no querer vivir esa forma de vida, a desear que la vida diese marcha atrás. El amor provoca dolor, un dolor inexplicable que los seres humanos somos tan simples que, a veces, no lo evitamos. Caemos y volvemos a caer en la misma causa que nos daña, pensando que el tiempo solucionará las cosas. Nadie ha nombrado al tiempo sanador de heridas, el tiempo no es ningún medicamento que tu puedas tomar como cuando te duele la cabeza. El amor siempre le hecha un pulso al tiempo. Con todo esto no quiero decir que el amor no sea importante, todos sabemos que hay muchas clases de amor ya que no es lo mismo el amor que sientes hacia tus padres que el amor que sientes hacia tu pareja, pero este último amor no debería condicionarnos tanto.  


Podemos ser felices por nuestros propios medios, solos, sin que ese amor haya llamado a tu puerta, sin tener que vivir esa esquizofrenia que provoca en muchos casos. Ser feliz no depende de ser amado de esta manera o no. Lo primordial es que te quieras a ti mismo y eso es algo que ninguna clase de amor logrará sin que tu lo hagas primero.