Capítulo:
28
El sonido
firme del roce de la púa contra las cuerdas de la guitarra es lo único que se
escucha en el piso de Lucas. No deja de pensar en ella, en las sensaciones que
le provoca el estar a su lado. Ahora no le queda nada más que eso, los
recuerdos. Los padres de Verónica, al enterarse de la relación que ambos
mantienen, le han prohibido verse con él. La verdad es que lo entiende, ¿quién
dejaría que su hija se viera con un adolescente que puede estar aprovechándose
de ella? Pero él no se está aprovechando de ella, la quiere. La quiere de
verdad. ¿Qué puede hacer? Por ahora solo le queda esperar que su novia le mande
algún WhatsApp o que vuelva a llamarle. Si fuera un buen chico la dejaría ir,
dejaría que conociera a otros chicos, a alguien mejor que él pero, no es así,
no la dejará ir. Ella le hace olvidar lo que un día fue. Tampoco deja de pensar
en su discusión con Álex, sigue sin entender a qué ha venido todos esos
comentarios por su parte. Verónica no es como el piensa, pero no le importa. Es
su vida, su nueva vida y ella va a permanecer ahí.
De
repente, unos toquecitos en la puerta llaman su atención y deja de puntear,
puede que Alex se haya olvidado las llaves como de costumbre.
Abre la
puerta y entonces la ve a ella…
-Estás
loca- susurra lleno de alegría- ¿Qué haces aquí? Tus padres…
-No me
importa, que vengan si quieren a buscarme, no pienso separarme de ti. Lucas, te
necesito.
Él la
envuelve entre sus brazos y la estrecha contra su pecho, respirando el aroma
que desprende su piel. Se separan y entran en el piso cogidos de la mano. Lucas
la guía a su habitación y cierra la puerta tras de sí.
-¿Dónde
está Álex?
-Ha
tenido que irse a solucionar unos asuntos, tardará en volver.
Verónica
se sienta sobre la cama y contempla la habitación. Las paredes están repletas
de pósters de sus grupos de música rock preferidos y frases de sus canciones.
Lucas se sienta a su lado y la observa, junto a ella se siente vivo. Acaricia
su cuello con la yema de los dedos para hacer que ella vuelva su rostro aniñado
hacia él. Despacio, Lucas aproxima sus labios hacia la mejilla de la joven
hasta terminar uniendo sus labios, dejando un camino de tiernos besos por la
comisura de estos. Lo echaba de menos.
-Entiendo
que tus padres no quieran que estés conmigo.- le anuncia Lucas- Ya sabes qué
vida he llevado, no soy la mejor influencia para ti…
Y, antes
de que él pueda seguir hablando, Vero se abalanza sobre él, sellando de nuevo
sus labios con las suyos.
-No me
importa el pasado, estoy aquí contigo. Me sobra todo lo demás, quiero que esto
que tenemos salga adelante.
El
muchacho suelta una pequeña risa mientras entrelaza sus dedos con los de Vero.
-Parece
que la madura de la relación eres tú, ¿no?
-Está
claro- ríe- por muy mayor de edad que seas.
-¿A sí?
Sin
dejarle responder, Lucas tumba a la muchacha sobre la cama con él encima,
resistiendo su propio peso para no aplastar a su chica.
-¿Y ahora
qué, sirenita?- pregunta muy cerca de ella.
Nuevamente,
unen sus labios de forma cálida y dulce. Los besos perduran mientras Lucas
juega con el pelo de Verónica. Inevitablemente, la intensidad de sus besos
aumenta. Vero siente como su respiración se vuelve más agitada y, con un rápido
movimiento, levanta levemente su espalda del colchón. Entrelaza sus brazos
alrededor del cuello del muchacho a la vez que él introduce su mano bajo la
camiseta de la chica. Ella se estremece al sentir el contacto de los dedos de
Lucas en su piel.
-Vero-
susurra él en voz baja- ¿estás bien?
Pero no
obtiene respuesta, los ansiosos labios de ella vuelven a posarse sobre los
suyos como dos imanes que se atraen. La joven envuelve la cintura de Lucas con
sus piernas. Éste vuelve a tumbar a Vero sobre el colchón, con suavidad. Se
separan por unos instantes, se miran. Él acaricia desde la mejilla de Verónica
hasta su clavícula, la cual, termina besando llegando al cuello donde posa
pequeños besos. Ella siente un escalofrío que recorre todo su cuerpo mientras,
con manos torpes, intenta sacarle la camiseta al joven. Como resultado, él
mismo se deshace de ella y se inclina sobre Verónica con un beso pasional,
colocando las manos en su espalda. Decidida, la muchacha lleva las manos de su
novio hasta sus caderas con allí se aferran. Quiere hacerlo, con él se siente
segura. Se quieren. Lucas se desprende de su camiseta y la arroja sobre el
suelo. Sus respiraciones se entrecortan a causa de la intensidad de los besos.
Él sabe lo que ella se propone, sus nervios la delatan.
-Vero-
susurra con voz grave- ¿estás segura de esto? Ya sabes que debo controlarme
mucho contigo y no quiero hacerte daño.
La
muchacha asiente. Sabía que iba a preguntarle algo así.
-Confío
en ti, Lucas- asegura desviando su mirada a las cicatrices del abdomen del
muchacho y pasa sus manos por ellas, repasándolas como si fuesen el contorno de
un dibujo.
-Mírame-
le pide él- olvídate ahora de eso, es pasado. Ahora mi presente somos tú y yo.
El chico
sonríe al ver el brillo en los ojos de su novia. Está preciosa en este momento.
Va a ser la primera vez de Vero y, aunque no sea la de Lucas, tiene que hacer
que sea especial. Inolvidable.
Nerviosa,
aferra sus brazos en el cuello de Lucas y deja suaves besos en el hueco entre
su cuello y donde empieza su hombro. Él la sienta sobre su regazo y le besa el
hombro con ternura mientras juega con el botón de sus vaqueros cortos. Vero se
estremece.
-Tranquila,
amor. Estoy aquí- le tranquiliza.
Y llega
el beso deseado y, ahora, Verónica es quien apoya su espalda contra el colchón
de la cama y guía a Lucas junto con ella. El calor sube de forma proporcional a
los besos y caricias intensas por parte de los dos. Con rapidez, él se
desprende de la camiseta de Vero, contactando su piel con la de ella. Siente
que hay momentos en los que ella tiembla, debe transmitirle confianza y
seguridad. Apoya su frente contra la de la joven, cierra los ojos y susurra
despacio:
-Nada ni
nadie hará que te quiera menos que en este momento.
Y en esa
tarde calurosa de julio, la magia y los sentimientos a flor de piel, fluyen
entre Lucas y Verónica de forma incontrolable. De la manera en la que aman dos
adolescentes, disfrutando cada instante y cada segundo.
HOLAAAA!! Asdfghjk!! Tenía muchísimas ganas de subir este capítulo porque es que Vero y Lucas sin duda me encantan *_* *_*
Espero con mucha ilusión vuestras opiniones sobre el capítulo!
Besos!
Sin duda esto va cogiendo forma María, me encantas enserio, quiero que acabes ya y a la vez que no lo hagas.
ResponderEliminarUn besito!
Muchas gracias guapa!
EliminarEl final va a ser algo impactante, aunque me da pena terminar la saga también es bueno ponerle un final .
Un beso<3