Capítulo:
27
No ha
recibido ni una sola llamada más de Verónica, ni siquiera un mensaje. No hay
nada en su móvil que le de pistas de que ella se encuentra bien. Nada. Lucas ha
llegado a pesar que, tal vez, sus padres le hayan confiscado el teléfono móvil.
De esa forma, evitarían que su hija contactase con él. Desesperado, ojea su
registro de llamadas, la última es de ella y fue justo hace una hora. Recuerda
sus palabras al escuchar su voz por la línea telefónica: “Haré lo que sea
necesario” Lucas no puede definir a su novia como una joven aventurera y
valiente, más bien es todo lo contrario. Ingenua y asustadiza, pero no débil.
Como todo ser humano, ella tiene guardado bajo llave su coraje y carácter que
tan poco sale al exterior. Él es quien debería estar haciendo algo, salir y
correr a buscarla. Gritarles a sus padres que él está loco por ella, que puede
cuidar de Verónica. Pero permanece sentado en la mesa de su habitación con la
mirada fija al frente, esperando a que las cosas se solucionen por su propio
pie. Deseando que, en cualquier momento, la muchacha que le hace vibrar
aparezca por la puerta del cuarto y se fundan en un abrazo. Sin embargo, es
Álex quien entra en la habitación.
-¿Qué
haces ahí parado?- le pregunta extrañado bebiendo un trago del botellín de cerveza
que sostiene en su mano- Tenemos que ir a hablar con el tío de la maqueta. ¿Lo
habías olvidado?
¡La
maqueta! Lo había olvidado por completo… Hace unos meses, antes de que Vero y
él decidieran intentarlo, él, Álex y el resto de la banda fueron localizados
por un cazatalentos de la zona. Les pidió que tocasen para él unas cuantas de
sus canciones y quedaron en verse para hablar de hacer juntos una maqueta y, si
funciona, pasarían a analizar la idea de firmar un contrato. Todos estaban
realmente ilusionados, podrían encontrarse a pequeños pasos de alcanzar su
sueño. Que su música llegase a oídos del mundo. Decidieron no dar el bombazo de
la noticia hasta tener la maqueta acabada o, si llegaban a esos extremos, hasta
ver sus firmas plasmadas en el folio impreso de contrato. Hoy era el día y
Lucas ni siquiera lo recordaba.
-Lo has
olvidado…- susurra Álex dejándose caer sobre el colchón de la cama de su
compañero de piso. El joven clava la mirada en Lucas, esperando a que le dé una
explicación. No obtiene nada y bebe un nuevo trago de la botella, esta vez
mucho más largo.- ¿Qué narices te pasa?
De nuevo,
silencio.
-¿Ha
pasado algo con la chica esta con la que estás saliendo, verdad? La que
trajiste para que nos viera ensayar aquel día- aclara y chasquea la lengua con
una risa casi inaudible- ¿Desde cuándo la antepones a todo? Además, estoy
seguro de que es otra de esas muchas chicas de una noche…
-¿Cómo?-
exclama Lucas.
-Lo que
estás escuchando.- advierte- ¿Insinúas que no sé lo que pasará con esta chica?
¡Venga ya, Lucas! ¿Has olvidado como eras antes?
-Tú mismo
lo has dicho, antes. Ya no soy así, deberías saberlo.
-¿Me
estás queriendo decir que esa chica te ha cambiado en unos días?- comienza a
alarmarse Álex- ¡Te acostarás con ella y ni siquiera la recordarás al cabo de
unos días!
-¡Te
recuerdo que fue mi amiga antes de ser mi novia!
-Esa es
la única diferencia en este caso...
Lucas le
fulmina con la mirada y se levanta de un salto de la mesa de su escritorio. ¿A
qué viene ahora todo esto?
-Mira- le
llama la atención a Álex- no tengo ni la más mínima idea de a qué viene ahora
todo esto, pero te estás pasando. He cambiado. Todo lo que he vivido me ha
hecho cambiar de forma de ser. ¿Qué pasa contigo? ¿¡Se te ha olvidado que, gracias
a vuestros jueguecitos de vivir sin importarme el mañana, termine encontrándome
enfermo de cáncer!?
Álex le
aguanta la mirada sin decir una sola palabra.
-Salí del
hospital siendo alguien nuevo, una persona que no tiene ganas de mandar su vida
a la mierda por una juerga de una noche. Y Verónica me hace olvidar lo que un
día fui. Primero fue el cáncer quien me hizo chocar contra la realidad, ver que
si seguía con ese ritmo en mi vida no saldría de esa para contarlo.- Lucas
intenta calmarse cogiendo aire por la boca- Pero ahora no es una enfermedad
quien me sostiene, ahora es ella. Verónica me hace olvidar lo que un día fui.
Esa es la diferencia, no que haya sido mi amiga. Todas las otras chicas forman
parte de mi pasado, y me arrepiento de todo lo que hice. Pero hoy, en mi
presente, todo es distinto. Verónica lo hace diferente.
Álex
ladea ligeramente la cabeza hacia la derecha, sin apartar la mirada del otro
muchacho. Nunca se ha creído todas esas patrañas sobre que una enfermedad, un
accidente, cualquier cambio radical en tu vida, pueda hacerte cambiar por
completo. Para él es imposible. Siempre queda el recuerdo de lo que un día tú
dices que fuiste, pero nunca vas a dejar de serlo. El pasado no es como una
prenda de ropa que te puedas poner y quitar a tu antojo, es permanente. Forma parte
de ti.
Ahora es
él quien se levanta, terminando, de un solo trago, el contenido de su botellín
de cerveza.
-¿Vas a
venir o no?- le pregunta y Lucas sabe a lo que se refiere. La maqueta.
El joven
no le contesta, gira sobre sus pies en dirección al armario donde guarda su
guitarra. De fondo se escucha el estruendoso ruido de la puerta al cerrarse.
Álex se ha ido.
Hola! Lo siento ;'( ya sé que este capítulo es muy corto pero es que tiene que ser así y no podía alargarlo más :'( en seguida subo el siguiente que ya lo tengo listo.
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