Capítulo:
24
Paula
vuelve a mirar el reloj de su móvil. Ya son las seis y cuarto y Dani no ha
aparecido. La puntualidad está claro que nunca ha sido su punto fuerte… La
chica resopla y se apoya en los barrotes de la puerta del instituto, el lugar
donde ha quedado con él. Nerviosa, camina de un lado a otro pasándose la mano
por el brazo haciendo movimientos de arriba abajo. ¿Dónde se habrá metido? De
pronto, la canción que tiene como tono de llamada en su móvil comienza a sonar.
Es Dani.
-¡Dani!
¿Dónde estás?- se preocupa ella.
-Tranquila,
Paula.- le calma- Mi mañana con Guille en la bolera se ha alargado más de lo
previsto, de modo que te espero en tu casa, ¿de acuerdo?
Paula
suspira.
-Sí,
claro. Ahora nos vemos…
-¡Espera!
¡No cuelgues!- exclama Dani. Paula escucha el leve sonido de su sonrisa al otro
lado de la línea- ¿Ves la farola de color verde que tienes delante? Creo que
alguien ha dejado un pequeño papel de color azul pegado en ella. ¿Te importaría
abrirlo?
-Dani,
¿qué…?
-Hazme
caso, confía en mí. Ábrelo.
Confusa y
a la vez intrigada, Paula camina hacia la farola que indicaba Dani y divisa en
pequeño trozo de folio azul. Se hace con él y lo desdobla leyendo su contenido:
“Estoy
seguro de que ahora estarás sonriendo al leer esto y, a la vez, pensarás que
qué me propongo…”
-Una vez
que hayas leído ese papel, quiero que camines hasta la puerta de la cancha de
baloncesto- le informa Dani desde el Smartphone.
Paula
suelta una suave risa y cruza corriendo la calle. El nuevo papel es de color
lila.
“Simplemente,
verte feliz”
-Dani,
yo…
-Shh…no
digas nada hasta el final- le suplica el joven- Ahora, dirígete a los columpios
del otro lado del parque, encontrarás un papel verde…
Dejando
la llamada en espera, Paula corre hacia el lugar indicado. Con un torpe
movimiento, apoya sus manos en la valla que rodea el parque para así saltarla.
Vuelve a correr y se ve obligada a rodear a un grupo de niños que juegan al
fútbol junto a los columpios. Tras unos minutos buscando el papel de color
verde lo encuentra pegado al asiento del columpio más grande. Lo desdobla y
comienza a leer:
“Me
he enamorado de ti en tampoco tiempo que hasta cuesta creerlo. Pero no me
importa. Sé que no puedo ofrecerte una historia de amor de película, ni jurarte
un para siempre porque un día habrá algo que nos separará. Esa es la realidad.
Lo que sí puedo es alargar nuestro tiempo juntos, luchar contra cualquier
impedimento hasta quedarme sin fuerzas. Ese es uno de mis propósitos”
Paula
traga saliva, aunque le cuesta. Empieza a notar cómo le pican y escuecen los
ojos. Una fría lágrima termina surcando su rostro mientras sorbe por la nariz.
-¿Paula?-
escucha que Daniel le llama a través de Smartphone.
-Dani,
¿por qué haces esto?- pregunta intentando aclarar su voz ahora entrecortada.
-Solo un
papel más, pequeña. Lo prometo.
Paula
intenta calmarse y escucha atentamente las indicaciones de su chico para saber dónde se encuentra el
nuevo y último papel. Tiene que llegar al portal del edificio donde vive. Allí,
abrirá la puerta con la llave y buscará el buzón correspondiente a su piso.
Esta vez, con una llave mucho más pequeña que la anterior, abre la puertecilla
metálica del cajón donde se encuentran varios folletos de publicidad y dos
cartas que no distingue de qué pueden ser. Entre todo eso, encuentra un papel
amarillo mucho mayor que los demás. Con la mano temblorosa, lo abre y comienza
a leer cuando su mirada, ahora borroso a causa de las lágrimas, logra enfocar
con claridad.
“Echo
la vista atrás y, ahora, es todo tan distinto. Tú has hecho que sea así. Mi
vida ha dado un giro tan intenso que ya
ni siquiera recuerdo como me sentía antes de darme cuenta de que podía llegar a
enamorarme de ti. Todo era adrenalina, diversión y descontrol…y apareciste tú,
la calma que hacía falta en mi vida. Somos el claro ejemplo de la frase en la
que dicen que los polos opuestos se atraen, no cabe ninguna duda. Contigo puedo
ser yo mismo, despojándome de aquella coraza queme disfrazaba. Contigo no tengo
miedo de ser quien soy y eso merece ser contado. Es nuestra pequeña historia,
pero es nuestra. Ahora solo me queda decirte algo que no quiero que olvides
jamás…”
-Sube
hasta la buhardilla, tú lugar favorito en el mundo- le pide Dani y cuelga
terminando la llamada.
Paula
nota sus mejillas húmedas, no ha podido evitar que las lágrimas brotasen de sus
ojos mientras leía atentamente las palabras de Dani dedicadas únicamente a
ella. Necesita verle, abrazarle. Decirle que le quiere, que su pequeña historia
es tan grande para ella que se despierta con miedo a que se acabe, que todo
haya sido un maravilloso sueño.
Subiendo
las escaleras con toda la rapidez que le permiten sus piernas, llega al último
piso y abre la entrada a la buhardilla. Con pasos firmes, aunque sintiendo el
latir de su corazón palpitar en todas las partes de su cuerpo, camina por los
peldaños hasta que sus ojos, todavía vidriosos, se cruzan con la mirada serena
y tierna de los ojos oscuros de Daniel.
-Gracias
por hacerme feliz- dice el joven completando con sus palabras la última frase
del folio de color amarillo.
Paula
solloza y se lleva el dorso de su mano a los labios, evitando que Dani se
fijase en que estos temblaban. Cerrando los ojos con fuerza, se acerca al
muchacho y deja que la envuelva entre sus brazos juntando ambos cuerpos. Paula
entierra su rostro en el pecho del joven, manchando la camiseta con lágrimas
amargas, por tener que mentirle y no contarle que, aquel en quien confió como
amigo, le haya amenazado con dañarles. Dani hace tanto por ella para que se
sienta bien…y Paula no es capaz de agradecérselo de la manera que él se merece.
Recuerda el e-mail de Cristian, las frías palabras que salieron de su boca
aquel día donde tuve lugar la primera advertencia pero, también rememora que,
está tan enamorada del chico que ahora misma está abrazándola que duele. Pero
es un dolor que ambos sienten que viene de la mano con el amor, un dolor que
desaparece con una simple mirada entre los dos, con el más leve roce de sus
labios…
-Shh- le
calma Dani- tranquila…
Ligeramente,
le levanta la barbilla para poder mirarla. Sus ojos, rojos e hinchados,
mantienen ahora un color avellana claro. Sus mejillas encendidas en un tono
rosado y sus labios carnosos ahora humedecidos a causa de las lágrimas que se
depositaban en las comisuras, les resultan realmente tentadores. Tanto que no
se resiste a atrapar el rostro de Paula entre sus manos y, despacio, ladea la
cabeza hasta llegar a unir sus labios con los suyos. Un beso salado por culpa
de las lágrimas pero, a la vez, es el más dulce que han llegado a tener y el
momento lo requiere.
-Había
preparado todo esto para verte feliz, no para que te pusieses a llorar- ríe
Dani mirándola a los ojos.
-No lloro
porque esté triste- le asegura la joven- lloro porque te quiero y ver qué haces
todas estas cosas por mí me convierte en la chica más afortunada del mundo. A
veces siento que no te demuestro lo suficiente todo lo que siento por ti.
-Lo
haces, siempre lo haces aunque no te des cuenta. Cada vez que me miras, que te
ríes conmigo o me abrazas o me besas. Son en esos gestos donde me demuestras
todo lo que me hace falta para quererte.
Paula
pasa las yemas de sus dedos por la mejilla de Dani, dejando pequeñas caricias
hasta llegar a su cuello.
-“Duda
que sean fuego las estrellas, duda que el Sol se mueva, duda que la verdad sea
mentira, pero no dudes jamás que te amo”- cita Dani con voz melosa y tranquila.
La chica
abre los ojos sorprendida cuando escucha a su novio recitar a uno de sus
escritores clásicos favoritos.
-¿Shakespeare?
Dani
asiente moviendo ligeramente la cabeza arriba y abajo. Paula muerde su labio
inferior soltando una graciosa risa y rodea la cintura del muchacho y apoya la
mejilla en su pecho, abrazándole de nuevo. Escucha como el ritmo de los latidos
de su corazón es lento y calmado, le relaja sentirlo tan cerca de ella. Paula
inspira con fuerza y expulsa el aire, que choca contra la camiseta del chico,
con dificultad.
-Tú
tampoco lo olvides- le suplica ella en un susurro- pase lo que pase, nunca
olvides que estoy enamorada de ti, que siempre lo estuve.
“Pase lo
que pase…”
¡¡Hola!! ¿Cómo va todo? Espero que muy bien, yo aquí os dejo un capítulo más que la verdad me gustó mucho escribir. Mañana me voy de vacaciones y, aunque me lleve el ordenador y tal vez pueda seguir un poco con la novela, no sé si podré publicar algún otro capítulo :(
¡Ya está llegando al final la historia!
Un beso lectores!
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