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domingo, 29 de septiembre de 2013

Capítulo: 45

Capítulo: 45


Ha escrito y borrado tantas veces el mensaje que ya ni siquiera está seguro de si es buena idea mandárselo. Solo serviría para hacerla sufrir el doble de lo que ya lo va a hacer. La ha visualizado varias veces en su mente, cómo sería la escena. Las lágrimas surcarían veloces so rostro llevándose consigo su maquillaje que le resalta el azul de sus ojos y su felicidad. Sus labios temblarían al mirarle a la cara… Y, lo peor de todo es que, él es el culpable. La va a abandonar sin luchar, sin continuar la batalla por ella. Cada segundo que pasa se siente más lejos de Andrea y, es consciente de que, en pocos días, lo estará.
No puede llamarla, Guillermo tiene que hablar con Andrea cara a cara. Es lo mínimo que puede hacer.
Siente que la ha fallado. Ha empezado a no creer en los para siempre. A saber que no todas las historias tienen un buen final. Un final feliz.
Su padre ha llamado varias veces a la puerta de su dormitorio. Ha echado el pestillo de la habitación para que nadie le moleste. Guille no sabe que pensar, ni como actuar. Andrea es quien le da sentido a todo su mundo. Esa luz que le ilumina hasta en la más densa oscuridad.
Tiene que verla, acabar con todo este dolor cuanto antes.
Se cubre su camiseta con una sudadera gruesa de color azul marino y un gorro de lana negro que le resguarda la nuca.
Abre la puerta, desbloqueando el pestillo y la atraviesa. Su padre ya no está detrás, seguramente esté abajo con su madre. Su madre. Ella es la culpable de todo.
Baja las escaleras a toda velocidad y, efectivamente, sus padres están sentados en dos de los sillones del salón. Guille le lanza una mirada llena de odio a su madre.
Son tantas las cosas que ahora le diría. Pero es mejor no agrandar más el daño que ya está hecho. Guille camina hacia la puerta dispuesto a abrirla sin despedirse de nadie.
-¿Dónde te crees que vas?- le pregunta su madre fría como un témpano de hielo.
-A intentar arreglar lo que mi madre ha estropeado.
-¡Te prohíbo que vayas a verla!
Guille no hace caso de su advertencia y cierra la puerta de un portazo sonoro.
La casa de Andrea está a media hora de la de Guille, será mejor que vaya hasta allí en autobús. No puede perder el tiempo.
A lo lejos ve como el vehículo se aproxima a la parada. ¡No puede perderlo! A la carrera, consigue alcanzar al autobús y subir. Al final del transporte divisa un asiento libre. Guille camina por el estrecho pasillo hasta llegar al asiento. Está junto a la ventanilla. Por un momento, guía su vista al frente y ve como un grupo de chicas, de unos trece años cada una, cuchichean de él. Un de ellas le mira y ríe, susurrándole algo a las demás que Guille no es capaz de entender. Hablan tan bajo que el chico no consigue escucharlas, pero sabe de sobras que él es su tema de conversación. Aparta la vista del grupo y mira por la ventana aunque, de reojo, observa como una chica rubia del grupo le guiña un ojo mientras se muerde el labio. Guille hace una mueca y niega con la cabeza, chafando todas las ilusiones de la joven. No tiene tiempo para estupideces de crías. Su cabeza solo está centrada en una única cosa; Andrea.
La próxima parada es la suya. Rápidamente, baja del autobús evitando escuchar nuevos cuchicheos del grupo de las adolescentes.
Cuanto más se acerca a la casa de Andrea, se le forma un mayor nudo en la garganta. Va a dañar a la persona que más quiere. Con quien ha compartido sus últimas horas, las mejores que ha pasado en mucho tiempo.
La puerta del portal de la casa está abierta. Guille lo atraviesa y decide subir por las escaleras hasta el piso. Nota el latido de su corazón por todo su cuerpo, siente como le sudan las manos y su respiración se vuelve más fuerte y rápida. Cada peldaño que sube, su nudo de la garganta se hace más fuerte y le cuesta tragar.  Sabe que esta tarde será dura para ambos y, seguramente, acompañe a Andrea en sus lágrimas. No va a poder evitarlo.
Termina de subir el último tramo de escaleras, hasta su destino, con las piernas temblorosas. Camina hasta la puerta y respira hondo. Dispuesto a llamar al timbre de la casa, levanta el brazo y ve como la mano le tiembla como nunca antes lo había hecho. Por fin, pulsa el botón de timbre y suena una música de cascabeles que, aunque sea relajante el escucharla, a Guille solo le pone más nervioso. Ha llegado el momento. Se lo juega todo a una carta y sabe que tiene todas las de perder en esta partida.
La puerta se abre dejando a la vista a una jovencita de pelo rubio como el oro y baja estatura.
-¡Guille!- exclama ella sonriente. No sabe la que le viene encima.
El joven no la saluda, se deja caer sobre ella abrazándola realmente fuerte, intentando mantenerla siempre a su lado, junto a él. Pero no es posible, su madre ha hecho, con su malicia, que no lo sea. Que su relación con Andrea tenga un fin tan próximo que ya están viviendo en él.
-Perdóname- intenta hablar él. Nota como las lágrimas comienzan a caer pos su aniñado rostro. Al parecer, él ha sido el primero en derrumbarse. No va a evitar hacerlo- Andrea, perdóname, por favor.
-Guille, ¿qué es lo que pasa?- dice ella asustada- ¿Por qué lloras?
Ella se separa de ese abrazo y pasa sus dedos por las mejillas del joven, que no deja de sujetarla por la cintura.
-Me voy, Andrea.
Ella lo mira incrédula. ¿Qué quiere decir?
-Vamos, pasa y cuéntame qué te ocurre.
De la mano, entran en el salón comedor de la casa. Andrea nota como la mano de Guille oprime la suya, temblorosa.
Juntos se sientan en el sofá. Guille sigue sin soltar las manos de la muchacha.
-Me voy, Andrea- le vuelve a repetir el joven- Me voy a un internado de Galicia cuando terminen las vacaciones de Navidad.
Y rompe a llorar dejando a Andrea petrificada con los ojos mirando a la nada.
-Mi madre me lo ha dicho antes de venir aquí. Tenía que contártelo.
-Pero no, no puedes irte. ¿Por qué?
-Mi madre se ha enterado de lo nuestro, por culpa de Cristian. Ella entró a mi habitación y husmeó allí sin permiso, encontrando los papeles de la estrella que te regalé y unos mensajes nuestros de esa misma tarde. Buscó en mi lista de contactos el nombre de Cristian y le llamó para que nos buscase y nos hiciera unas fotos para afirmar si era cierto lo nuestro. Cristian nos encontró y le dio las pruebas a mi madre a cambio de dinero. A raíz de eso, mi madre localizó un internado en Galicia para enviarme allí… la solicitud fue aceptada. Y ha hecho todo esto para evitar que yo te vuelva a ver.
No ha sido capaz de mirar a los ojos azules de la joven cuando le ha relatado toda la historia.
-Te juro que si vuelvo a ver a Cristian se arrepentirá de la que ha hecho- dice Guille con voz firme. No se esperaba esta de aquel a quien le dijo amigo tantas veces. Marcos tenía razón, ha cambiado y ya no volverá a ser el mismo. Se ha cargado su amistad con Guille.
-No hagas nada, Guille- le dice Andrea con ojos vidriosos, está siendo fuerte, pero Guillermo sabe que no tardará en romper a llorar. La situación está pudiendo con ella aunque no quiera mostrarlo. –Tienes que irte a ese internado. Ya sabes que yo nunca le caí muy bien a tu madre y se deseo es mantenerte lejos de mi.
-¡Pero no es el mío, Andrea!
-¡Ni el mío! ¡Pero no podemos hacer nada!- grita ella y, esta vez, sin reprimir las lágrimas.
-No quiero perderte- le dice él volviendo a agarrar sus manos.
-Y no lo harás. Aún tenemos unos días hasta que te vayas- se le quiebra la voz al decir esa última palabra- aprovechémoslos al máximo, por favor. Solo te pido eso, Guille. No quiero pensar en el futuro que nos espera, quiero vivir cada segundo del presente contigo en estos días.
-Siempre los vivirás, no dejaré que te separes de mi, ¿entendido?

Andrea asiente y se acerca hasta la boca de Guille para besarle. Las pocas fuerzas que le quedan las gasta en ese beso salado por culpa de las lágrimas, pero no tan amargo como puede ser el último beso que se den antes de la marcha de Guille. Pero, como ha dicho ella, el presente solo dura unas milésimas de segundo y no piensan desperdiciarlas.


5 comentarios:

  1. ¡PUES VAYA!
    Odio a Cristian,y pensar que antes era de mis favoritos…tss
    Pobre Guillermo no se lo merece,ni él ni Andrea.
    Una entrada perfecta.
    Besos.
    PD.Necesito que te pases por el blog.Me aría muy feliz que comentaras lo que opinas sobre los concursos y por cierto te he nominado a un premio.

    Sube pronto.

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    Respuestas
    1. Cristian es odioso... no sabía como ibais a reaccionar las que os gustaba cuando vieseis como es de verdad jeje :S
      Ahora mismo me paso, espero hacer una entrada de tu premio pronto. Ando algo liada :S
      Un besazo!

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  2. No quiero que se vaya... Me encanta la pareja que hacen y lo he pasado muy mal cuando él se lo ha dicho :(
    Joder, odio a su madre, de verdad...
    Quiero leer más, ¡Un beso muy muy muuy grande! <3

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    1. Jo...bueno en la segunda parte se verá lo que sucede entre ellos jeje.
      Un besazo enorme!!<3

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  3. OH NO.
    No quiero que se vaya:(.
    Besos.

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