Capítulo:
18
Cierra la
puerta con sumo cuidado tras ella después de haberse despedido del jurado y
haber agradecido su atención y valoración de su prueba. Con la mano, se despide
de la muchacha con la que ha estado hablando antes de ser llamada a realizar su
coreografía y sale fuera del edificio. Justo delante, en la misma acera, se
encuentra Marcos que mira atento a la puerta de salida hasta que ve que Gloria
se acerca a él y le abraza con intensidad. Esta muy satisfecha con su
resultado, ella sabe que ha sido bueno, al contrario que las consecuencias que
su gran esfuerzo conlleva.
-Sabía
que te iba a ir genial- le felicita Marcos que se separa de ella.
Los
castaños ojos de Gloria se vuelven más claros y brillantes, se arriesgaría a
decir que se ven vidriosos. La chica se muerde su labio inferior y desvía la
mirada.
-Gracias
por todo tu apoyo, Marcos- vuelve a abrazarle.
-Tú y tu
talento habéis hecho todo el trabajo.
Gloria
suspira. Marcos siempre ha sido muy atento con ella. ¿Cómo iba a ser capaz de
decirle que seguramente no se vuelvan a ver en mucho tiempo?
-¿Podemos
dar un paseo?- propone ella.
-Claro.
Caminan
durante varios minutos sin decir una sola palabra. El silencio, además de
incómodo, se vuelve pesado por parte de Gloria que siente la necesidad de
hablarle a su amigo de las consecuencias de su mayor sueño…
-Marcos-
le llama captando su atención- ¿serías capaz de hacer cualquier cosa por
alcanzar tus metas?
-Por
supuesto, sino de qué serviría tanto esfuerzo invertido en ellas.
-Pero, ¿y
si dejases todo atrás? Familia, amigos…
Marcos la
mira pensativo.
-Tal vez
pueda parecerte egoísta por mi parte pero, lo dejaría todo atrás sin importarme
las consecuencias. ¿Qué si echaría de menos a mis seres queridos? Claro, no
sería humano si no lo hiciese, pero es algo por lo que has trabajado siempre,
lo que más te gusta puede estar tan cerca que casi lo puedes tocar y coger con la
mano. Hay oportunidades que no se pueden dejar escapar, Gloria. Así que, si una
de las consecuencias de que te vayan a aceptar en la academia de baile es irte
de aquí, hazlo no lo pienses.
La joven
se para en seco y se cruza de brazos.
-¿Cómo?
¿Y sabías que me tendría que ir si decido aceptar la beca?
-Has
empezado a atacarme con preguntas que me han llevado a esa conclusión, no ha
sido muy complicado- ríe pero, al instante, su expresión se vuelve seria- ¿Has
pensado en no aceptarla, verdad?
-Te
mentiría si dijese que no…
-Vete,
cumple tu sueño- le aconseja Marcos- muchos matarían por una oportunidad así,
no la desperdicies. Yo seguirme estando aquí cuando vuelvas y podré presumir de
que una gran amiga es una de las mejores bailarinas del país. Pero, sobre todo,
piensa solo en ti en esta decisión, aíslate de los demás y guíate por la
primera decisión que tomes que, no dudo, que será hacer las maletas para
cumplir tu meta deseada.
Gloria escucha
atentamente sus palabras y sonríe mostrando su pequeña dentadura. Sabe que va a
echar mucho de menos a sus padres, a Lucas…a Marcos, pero siente la necesidad de
correr hacia su sueño y envolverse en él. Y, como muy bien ha dicho Marcos, lo
hará.
-¿Y bien?
¿Qué más te intriga saber de mí? Aunque, dudo que haya algo que aún no
conozcas- ríe Lucas.
-Seguro que
hay algo que se me escapa por saber.
Verónica
apoya la barbilla en su mano y hace una mueca. Han pasado toda la tarde en la
azotea del local donde Lucas le ha dedicado aquella preciosa canción. Las risas
y los besos han sido los protagonistas en esta cita.
-¡Ya sé!-
grita Vero emocionada- ¿Cuál es tu plato de comida favorito?
Lucas
escucha con atención la pregunta de su novia y, sin poder evitarlo, suelta una
escandalosa carcajada bajo la mirada confusa de la joven.
-¿Qué
tiene de gracioso?- pregunta desconcertada.
-Nada,
solo que no me esperaba ese tipo de preguntas- dice volviendo a reír.
-¿Qué
esperabas entonces?- comienza a enojarse.
-A estas
alturas de la cita imaginaba que el nivel de preguntas…digamos que cambiaría…-
comenta Lucas con una sonrisa traviesa mientras se va acercando a ella con
cautela. Fija su mirada en los carnosos labios de la muchacha, los cuales
termina besando con intensidad. De ahí, pasa a su mandíbula donde deja pequeños
y suaves besos. Sus manos se aferran a las caderas de Vero quien cierra los
ojos sintiendo que flota sobre una nube. Los besos de Lucas provocan ese efecto
en ella. Cuando quiere volver al mundo real abriendo los ojos, se encuentra
tumbada sobre el suelo y los labios de Lucas recorriendo su cuello provocándole
escalofríos de tal modo que llega a estremecerse.
-¿Qué te
pasa?- pregunta Lucas con un tono casi alarmante. Su respiración se ha vuelto
más agitada. Debe controlarse estando cerca de ella, pero la necesita. Necesita
besar cada centímetro de su piel, saborear sus labios cada minuto… pero nunca
haría nada que ella no quisiese.
-Nada,
yo… estoy bien- se explica ella realmente nerviosa- solo que…tus besos eran…
-¿Maravillosos?
¿Inigualables?- ríe Lucas mientras acaricia las puntas del pelo de Verónica-
Vamos, dime que ocurre.
La joven
suspira y muerde su labio inferior.
-Temo no
estar a la altura, eres mayor que yo y…bueno, imagino que pensarás llegar más
lejos que unos simples besos…- comenta en voz baja. Nunca antes había estado
tan nerviosa como ahora.
-¿Hablas
de tener sexo con alguien?- ríe Lucas mientras observa como las mejillas de
Vero se encienden- Escúchame, no debes estar asustada por ese tema. Yo nunca te
obligaría a hacer nada en lo que no te sientas segura.
-¿A caso
tu ya…?
Lucas
asiente efusivamente con la cabeza. Vero se dedicó a abrir los ojos de par en
par.
-Hace
tres años, mis amigos y yo pasamos por una mala época.- le relata- No nos
importaba nada el instituto, ni los estudios, solo queríamos pasarlo bien como
si cada día fuese el último de nuestras vidas. Una noche, nos colamos en una
fiesta de uno de los chicos del instituto, la mayoría de mis recuerdos de esa
noche están borrosos, pero logro rememorar los suficientes como para que diga
con seguridad, que es noche fue una de las peores noches de mi vida. Bebimos
tanto que perdimos el control, es cierto que habíamos bebido alcohol mucho
antes pero nunca como esa vez. Fuimos demasiado lejos. Recuerdo que muchos de
mis amigos llegaron a fumar y no solo tabaco…estábamos perdidos en los efectos
del alcohol…Álex, el chico de mi banda al que conociste, empezó a retarnos a
hacer cosas que, en nuestro estado, ninguno nos negábamos. Cuando llegó mi
turno, una de las chicas más mayores del instituto me estaba mirando desde
hacía bastante tiempo, mis amigos hicieron una apuesta a que yo no era capaz de
acostarme con ella. Yo lo hice…y me arrepiento de ello. No hubo amor, ni sentimiento,
nada. Llegué a odiarme por haber sido tal miserable…En una noche, mi vida
cambió por completo…el alcohol me destrozó…
Lucas,
cabizbajo, se levanta de un salto intentado no aplastar a Verónica, quien se
incorpora lentamente hasta llegar a sentarse. Observa como con movimientos
ágiles, Lucas se desprende de su camiseta dejando a la vista su torso desnudo
y, en él, su cicatriz en el abdomen.
-Te
preguntarás a qué se debe esta cicatriz, ¿verdad?
-La vi el
día que nos conocimos en la piscina.
-Esa
noche no solo me acosté con aquella chica, sino que mi salud empeoró…con
catorce años me diagnosticaron cirrosis en el hígado, ya que no tenía el mayor
nivel de la enfermedad, decidí no hacerle caso. Con esa edad comencé a beber y
a beber hasta los dieciséis, sin que yo me diese cuenta la enfermedad continuaba expandiéndose
hasta que, pocos días después de aquella fiesta, perdí el apetito, mi piel y
mis ojos tomaron un color amarillento y el dolor de mi abdomen era realmente
intenso…- se aclara la voz- Mis padres me llevaron al hospital y estuve
ingresado allí casi dos años…la cirrosis se convirtió en cáncer de hígado.
Atónita y
desconcertada, Vero le miraba con tristeza. ¿Por qué no se lo había contado
antes?
-Lucas-
se acerca hacia él y, por impulso, le abraza con intensidad sintiendo su piel
cálida en el roce de sus brazos- yo…
-Vamos-
le dice separándose de ella y poniéndose de nuevo la camiseta- te llevaré a
casa.
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