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sábado, 20 de septiembre de 2014

Dime que no me quieres. Capítulo: 34

Capítulo: 34

Ha conseguido calmarse desde que salió de aquella forma de la habitación de Paula del hospital. Una avalancha de recuerdos ha logrado derrumbar a Andrea, y es que Paula forma un pilar demasiado importante en su vida y viceversa. Ahora se encuentra fuera del edificio, necesitaba tomar un poco de aire. Quiere saber si Paula ha despertado, y quiere saberlo cuanto antes. Ya. No puede soportar entrar de nuevo en aquella fría y blanca habitación donde su mejor amiga yace en coma…no, definitivamente es superior a sus fuerzas. Toda la vitalidad que Paula desprende, sus ganas de comerse el mundo parece que se hayan desvanecido en ese maldito accidente. Ella pudo ver como el cuerpo de Paula salía disparado por los aires tras impactar contra el coche del conductor, de Cristian… ella no sabe que ha sido de él y, aunque resulte egoísta, tampoco le importa. Todo este tiempo ha estado persiguiéndolos por una venganza que se formó en su mente hace tiempo, una venganza sin pies ni cabeza que nació de su imaginación. Una venganza por la que Paula ha tenido que pagar las consecuencias. ¿Por qué ella? ¿Por qué?
Andrea siente como un profundo nudo se forma en su garganta. Tiene ganas de gritar, gritar tan alto y fuerte que todo el mundo pueda escucharla. Sin embargo, se mantiene firme con la mirada fija en un muchacho esbelto que acaba de cruzar las puertas del hospital. Y, en ese instante, desconociendo la fuente de la poca fuerza que le queda, Andrea se encuentra envuelta entre los brazos de Guillermo.
-No te vayas- le suplica ella. Nuevamente, las lágrimas corren por sus mejillas todavía húmedas de la otra vez.- no te vayas, Guille, no me dejes. Otra vez no, no te vayas.
-Shh…- le intenta calmar él mientras pasa una de sus manos por el cabello de Andrea, acariciándolo suavemente, enredando sus dedos en los largos rizos rubios de la joven.- Estoy aquí, estoy aquí.
-No te vayas- continua ella- por favor, no. Si te vas yo…no podré soportarlo. Ver a Paula en ese estado, nuestro beso en la heladería…todo ha hecho que me dé cuenta de que te necesito, no puedo soportarlo más. Te quiero Guille, no te vayas de nuevo, por favor…
El joven la llama por su nombre y atrapa su rostro entre las manos de manera que le obliga a mirarle a los ojos.
-Estoy aquí, ¿de acuerdo? No volveré a irme…-su tono de voz se torna mucho más amable y tímido- no puedo dejarte...eres demasiado importante para mí. Siempre lo has sido, nunca cambió nada. Ni siquiera tenerte a kilómetros de distancia hizo que mi amor por ti se rompiese.
Guille aparta con los pulgares las lágrimas que permanecen en las mejillas de Andrea. Después, lentamente, unen sus labios en un tierno beso.
-Andrea…
La muchacha se sobresalta al escuchar su nombre pronunciado por una voz que no corresponde a la de Guille. Nerviosa, dirige su mirada en dirección a aquella voz.
-¿Qué haces aquí?- susurra en una débil voz a la vez que se separa de los brazos de Guille.
-Necesito comprar una serie de cosas.- explica Matt- Me vuelvo a Argentina, aquí ya no me ata nada.
Avergonzada, Andrea baja la mirada hacia el suelo de la calle.
-Has…- carraspea para aclarar su voz- has visto todo, ¿no es así?
Matt asiente con la cabeza. Su expresión es tranquila y serena, ni siquiera muestra una mueca de disgusto o frustración y eso es algo que incomoda a la joven chica.
-Pero no te guardo rencor, Andrea. En al amor no todos podemos salir triunfantes como vencedores.
-Yo…no era mi intención herirte…
-Lo sé.- afirma- Era obvia tu elección, fue obvia desde que me confesaste que, en tu corazón, quedaba un hueco para Guillermo.
-Entonces, ¿por qué seguiste conmigo? ¿Por qué no me dejaste?- se extraña la muchacha.
Matt suelta una leve risa.
-Somos esclavos de nuestros sentimientos, nos comportamos como marionetas ante ellos. Por ese mismo modo, yo no podía dejarte ir pero tú tampoco podías olvidar a quien, desde el principio, se adueñó de tu corazón.
Una sonrisa asoma en la boca de Andrea. Matt no le odia, ni siquiera le guarda rencor por no haber sido su elegido. Es un chico fantástico y le desea todo lo mejor en su vida a partir de este momento.
-¿Qué harás de nuevo en Argentina?
-Un gran amigo mío de allí se ha comprado un pequeño piso en Buenos Aires y se ha ofrecido a compartir ese piso conmigo hasta que yo encuentre algo para mí solo. Intentaré encontrar un trabajo relacionado con mi mayor pasión, la fotografía y, bueno, quiero empezar mi nueva vida allí. Estoy seguro de que será genial.
-Y yo estoy segura de que conseguirás todo lo que te propongas.- Andrea se acerca hasta llegar a abrazar a Matt, un abrazo simple que fija el comienzo de la que puede ser una buena y grata amistad- Cuídate mucho.
-Lo mismo digo- asegura mostrando una amplia y reluciente sonrisa.
Andrea camina de nuevo hacia Guille quien le pasa un brazo por los hombros y le atrae hacia él. Esta vez, Matt dirige sus palabras a Guillermo:
-¡Promete que cuidarás de ella!- exclama Matt mientras se aleja de la pareja con pasos ligeros.
Guille vuelve su mirada a la chica que tiene a su lado y posa las yemas de sus dedos bajo la barbilla de Andrea, quien gira su cabeza hasta toparse con esa intensa mirada azul que le corta la respiración. Ella cierra los ojos hasta que las dulces palabras susurradas de Guille llegan a sus oídos:

-Lo prometo.



Hola lectores!

Antes de nada, siento mucho haber tardado tanto en subir este capítulo. Hace dos días que empecé el instituto e intento  darme prisa en subir los capítulos nuevos, pero este año tengo que estudiar mucho ;'(
También deciros que...queda un solo capítulo para poner fin a este segunda y última parte de Gracias por hacerme feliz. Hasta a mi me da pena que termine :'(
¡Muchas gracias a todos!
Besos!

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