Capítulo:
3
-Vamos,
puedes hacerlo mejor. Venga, desde el segundo la.
El niño
resopla y vuelve a colocarse la guitarra sobre las piernas. Observa la
partitura hasta que localiza el segundo la de la canción que su profesor le ha
marcado. La púa comienza a rasgar las cuerdas del instrumento, hasta que llega
a ese fragmento en el que siempre acaba equivocándose. Vuelve a resoplar y su
rostro solo expresa indignación y frustración.
-¡No
consigo hacerlo!
-Vamos,
no desesperes. Prueba otra vez.
-¡No!
¡Nunca lo haré tan bien como tú, Marcos!- protesta el pequeño girándose y
cruzándose de brazos.
Marcos le
mira y sonríe. Le recuerda a él cuando era niño. Siempre tan perfeccionista. Se
levanta de su silla y se acerca al niño. Antes de hablarle, se sitúa de
cuclillas delante del niño.
-Con
práctica lo conseguirás, te lo prometo- le sonríe- ¿Sabes? Todos esos grandes
músicos y compositores que marcaron en la historia de la música que hoy
conocemos, no llegaron tan alto en una tarde delante de una partitura.
Dedicaron toda su vida a ello. Y, ¿sabes otra cosa más? Todos ellos también se
confundieron en partituras como esta, incluso tuvieron errores muchos más
graves y, seguramente, no estarían relacionados con su pasión musical, pero
nunca se rindieron. Persiguieron su sueño hasta lograrlo, al final, se
convirtieron en grandes estrellas que nunca dejaran de brillar.
El niño
le mira y, automáticamente, sonríe mostrando sus pequeños dientes.
-Eres el
mejor profesor.- le abraza- Ojalá algún día pueda llegar a ser tan buen músico
como tú.
Marcos se
queda pensativo, le queda mucho que aprender todavía. Es cierto que desde
pequeño ha querido pisar escenarios y componer sus propias canciones, perseguir
su sueño hasta el final. No se va a rendir, lo tiene claro. Quiere y puede
lograrlo.
Counting
stars de One Republic suena en
el Smartphone de Marcos. Mira la pantalla, es Gloria.
-¡Hola!-
contesta sonriente.
-¡Marcos!
¡Corre! ¡Tengo algo muy importante que enseñarte!- grita eufórica al otro lado
de la línea.
-Tranquila-
ríe- dime dónde estás y acudo allí en cuando pueda.
-Estoy en
mi casa, nos vemos aquí en… ¿diez minutos?
Marcos
mira su reloj de pulsera antes de responderle.
-Perfecto,
ahora nos vemos.
Presiona
el botón rojo que finaliza la llamada.
-¿Era tu
novia?- pregunta el niño con tono pillo.
-No- ríe
Marcos- Es una buena amiga. No tengo novia, únicamente, estoy enamorado de la
música. Tengo que irme ya.- le dice al chico mientras recoge sus cosas-
Practica, ¿eh? Para la próxima clase quiero escucharte tocar bien esa
partitura.
El niño
se levanta se la silla y tensa su espalda y brazos.
-¡Señor!
¡Sí, señor!- grita como si fuera una soldado.
La
reacción del chico hace reír a Marcos que le revuelve el pelo antes de salir
por la puerta. La casa de Gloria no está lejos, solo dos calles más arriba. No
es la primera vez que acude a su casa. Desde que ambos pusieron de su parte
para conocerse más, se han convertido en muy buenos amigos. Ambos tienen un
sueño artístico por el que luchar. Gloria desea ser bailarina con todas sus
fuerzas y Marcos un músico reconocido por todos.
Llega al
portal de la muchacha y se encuentra con la puerta abierta, de modo que entra y
sube por el ascensor hasta su piso. Abre la puerta de éste y la ve, Gloria está
apoyada en el marco de la puerta de entrada y sujeta un papel impreso en sus
manos.
-¿Qué era
eso tan importante?- pregunta Marcos curioso.
Gloria
ríe nerviosa y lanza pequeños grititos a la vez que corre hacia su amigo.
-¡Me lo
han concedido!- grita separándose un poco de Marcos- La academia de baile a la
que siempre quise asistir, ¡me ha concedido la plaza!
Marcos
comienza a reír y la vuelve a abrazar con más fuerza.
-Te lo
dije, te dije que te aceptarían- le sonríe- Felicidades.
-Sin ti
no me hubiera decidido a enviar la solicitud- le da un beso en la mejilla-
Gracias, Marcos.
-Yo solo
te apoyé, tu talento ha hecho el resto. Te mereces la plaza, Gloria. Eres muy
buena bailarina.
Gloria se
sonroja y sonríe de manera dulce.
-En la
carta dice que tengo que preparar una nueva coreografía para dentro de una
semana. Aunque ya esté dentro, quieren verme bailar en vivo. Y…bueno, me
gustaría que me ayudases con la música.
-¡Claro!
¿Cuándo empezamos?
Hola chic@s:) Aquí os dejo el capítulo 3 de Dime que no me quieres, aunque si os soy sincera, no me convence mucho. A ver que os parece a vosotros. Aprovecho este mensaje para dejaros el link de la historia que escribimos mi amiga y yo. Si queréis pasaros y comentar. Nos hace mucha ilusión:)
Aullido en la oscuridad.(Si clicais aquí os llevará al blog de la historia que hago con ella)
Besos!
Me encanta la idea de que él la ayude, él toca la guitarra, ella baila... es precioso :)
ResponderEliminar¡Tengo ganas de leer más! Feliz año nuevo ¡Un beso muy muy muuy grande! <3
Muchas gracias!! Feliz año a ti también<3
EliminarMAAAAAARIA♥ Hermoso cap, me encanta Marcos y también Gloria *w*
ResponderEliminarBesitos<3
Hola Lia<3
EliminarMuchas gracias *_*
Un beso!