Capítulo: 14.
El examen le ha ido bastante bien. Como siempre, sacará buena nota. Ha
respondido a todas las preguntas y sin ninguna dificultad.
A segunda hora les tocaba ir a clase de Francés. No todos los alumnos
asistían a esa clase. El año pasado pudieron elegir Francés o Cultura Clásica.
Andrea, Verónica y Paula escogieron seguir estudiando un idioma más, ya que no
les iría nada mal en su futuro. Los demás eligieron Cultura Clásica, ya que los
idiomas no son lo suyo.
El sonar el timbre que anuncia el cambio de clase, Paula se carga la
mochila al hombro y sale del aula. No ha hablado con Daniel en todo el día y,
aunque parezca mentira, cree que lo mejor será terminar así el día. Sin cruzar
ni una palabra, ni una mirada con él.
De camino a la clase de Francés, Paula recorre los pasillos mientras
habla con Andrea. Esa mañana, solo ellas dos asistirán a Francés junto con más
alumnos, ya que Verónica aún no ha aparecido.
-¿Seguro qué estás bien?- le pregunta preocupada Andrea- No tenías muy
buena cara al terminar el examen.
Es su mejor amiga y debería contárselo. Pero, por otra parte, no quiere
preocuparla. Andrea siempre le ayudaba en todo lo que podía y más. Pero ella no
sabía nada sobre sus sentimientos hacia Dani, nadie lo sabe.
-Sí, tranquila no me pasa nada.
-¿Seguro?
-Sí.
Andrea asistió con la cabeza. No estaba convencida de la respuesta de
Paula. La conoce demasiado bien.
La clase de Francés se está haciendo demasiado larga para Paula. No
puede sacarse de la cabeza la conversación de ayer por la noche. ‘’ Eres mi
mejor amiga y te quiero muchísimo, pero nada más. ’’ Esa frase retumba en la
cabeza de Paula cada segundo que pasa.
Por un momento se imagina como sería la vida a su lado. Todos los días
brillaría el sol en su corazón. Todos los días tendría una razón por la que no
borraría esa sonrisa de su rostro. Todos los días podría despertarse por la
mañana y ver que lo que lleva toda una vida soñando, se ha hecho realidad.
Por fin la clase termina y Paula sale del aula poniéndose el abrigo para
salir al recreo. Hace mucho frío en la calle, solo queda un día para las
vacaciones de Navidad. Todos tienes muchas ganas de que lleguen ya. Adelantarían
el tiempo si pudieran.
-¡Paula, espera!- le grita alguien que corre por detrás. La chica se
frena en seco y se vuelve.
-Hola- le saluda Dani recuperando el aliento.
Paula siente ganas de huir de allí y desaparecer. No puede aguantarle la
mirada más de tres segundos seguidos.
-Hola- dice ella en voz baja.
Daniel la nota rara, tiene que hablar con ella. Solucionar lo que pasó ayer en esa conversación de Tuenti.
-¿Podemos hablar?- le pregunta él.
Paula se dedica a asentir con la cabeza, le cuesta hablar con él en
estos momentos. Tienes un nudo en la garganta que se hace más grande por
momentos.
Se sientan en un bordillo que hay delante de las fuentes del recreo. Una
ráfaga de viento helado hace que Paula se estremezca y sienta frío por todo su
cuerpo.
-¿Estás bien?- le pregunta Dani. Se ha dado cuenta de, en un instante,
el frío se ha apoderado de ella.
-Sí, tengo un poco de frío pero se me pasará. No te preocupes.
Es la primera vez que se fija en esa sonrisa con la que sueña todas las
noches. Le encanta verle sonreír.
-Siento mucho lo que te dije ayer por la noche. Utilicé mal las
palabras, no quería decir que tú y yo nunca podríamos estar juntos. Solo es
que, si tú fueras mi novia, seguro que yo te haría daño o algo, no tengo mucha
suerte en lo que engloba al amor. Ya lo sabes.
-No lo sabrás si no lo intentas- dice ella incrédula. No sé cree que
haya dicho eso. ¡Será tonta! Se va a reír de ella.
-¿Tú saldrías conmigo?- dice él sonriente.
Paula no responde, pero nota como sus mejillas empiezan a arder. Se está
poniendo colorada, y Dani lo nota.
Siempre ha sido una chica muy reservada y tímida. Con cualquier halago
que le digas, se pone roja. Pero a Dani le encanta verla así. Siempre que le
pasa, se tapa la cara con ambas manos y hace por disimularlo.
Dani se la queda mirando, es preciosa. Se merece lo mejor, se merece a
una persona que valore todas y cada una de sus cualidades, pero también que
valore sus defectos. Una persona que la quiera y que le haga sentir como una
auténtica princesa.
-Paula, puedo preguntarte una cosa.
La chica se quita las manos de la cara y ve como Dani se aproxima más a
ella.
-Mira, me han llegado rumores que no sé si serán ciertos pero, solo tú
me puedes responder.
Paulase pone nerviosa, pero intenta tranquilizarse tragando saliva y
respirando hondo.
-Paula, ¿yo te gusto?- pregunta el joven algo nervioso, aunque no tanto
como su amiga, a la que se le pasan un millón de respuestas por la cabeza. No decirle
nada y seguir sufriendo por él en silencio, sería una de ellas. Eso es lo que
su cabeza dice. Pero en estos casos el que manda es el corazón y, por una vez,
va a hacerle caso. Respira más hondo que nunca para confesar por primera vez lo
que tantos años lleva ocultando.
-Dani…-dice con la voz entre cortada- estoy poniendo en peligro nuestra
amistad al confesarte que…llevo enamorada de ti desde que te conocí. Llevo llorando
en silencio por ti, por cada beso que dabas a todas esas chicas, por cada
abrazo, por cada caricia. Pero sé que no sientes lo mismo así que cuando me
levante de aquí, necesito que olvides mis confesión, por favor. Ambos sabemos
que es lo mejor para los dos.
Y sin mirar hacia atrás, con el corazón en la mano, Paula se aleja
dejando a Dani sentado, asimilando todos los sentimientos de la chica. Siente algo
por dentro, pero no sabe lo que es. Por un momento, ha sentido las ganas de callar
a Paula con un beso. Nunca antes había sentido algo así.
Rápidamente saca su BlackBerry del bolsillo para teclear un mensaje de
WhatsApp.
No puedo olvidarlo. He
sentido algo Paula, pero no sé el que es. Dame tiempo, por favor.
De repente, al otro lado del recreo, un chica morena recibe el mensaje
de Dani.